Unas manos toman la lluvia en la azotea vecina hasta el vorde que rebosa de golpe en la cabeza de un padre distraido por la acera, bajo el caño llenando su cubo, bajo la tormenta tropical enjabonandose el barrio. La risa se convierte en algo cómplice de dos, viejo e hija.
7-11-07
domingo, noviembre 11, 2007
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