La fiebre de Riohacha
Me encontraba bien por la mañana, aunque no me gustó la idea de haber dormido en unos colchones mojados que al poco rato comenzaron a hacer su efecto.
No se puede escribir todo lo que ocurre en la realidad que a uno le rodea, máxime si uno está como yo... es genial el desconcierto perceptivo que produce una fiebre tropical, las cosas se deforman un poco, se limita el campo visual, los tonos no presentan información de relevancia y la luz de la bombilla es un arañazo de diamante a la consciencia, pero claro, ten en cuenta lector que soy de Cádiz y exageramos todo por allá, así que recomiendo pàra salir de dudas que vengas a padecer una de estas.
Día de cambios.
Pd: Mis hermanos de viaje me han cuidado como un santo barón.
8-11-07
domingo, noviembre 11, 2007
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