domingo, septiembre 20, 2009

mao-tse


Mao estaba perdido en el mundo. El mundo perseguia a mao. Lleva siempre la misma mascara. Una barba que quiere imponerle al mundo. Vive solo para consumar el ciclo de la destrucción. Ignoramos sus origenes, su raza, su lengua, su rostro, su profesión,- es un personaje del que no sabemos nada- solo el inaudible canto de su ausencia. Imposible saber si siempre fue asi, si en algún momento fue otro con todas los atributos que hacen o destruyen a un ser . Mao no representa nada, es mao. Y yo lo quiero. Pues para mi se ha liberado del karma de la significación. Todos los que tienen la fortuna de verlo, ven siempre algo distinto, por eso me cuido tanto de dibujar un rostro porque sé que un metro mas alla va a ser irreconocible. Eso si tenemos a alguien que observe y haga consciente al mundo en esta caso a mao por supuesto.
Lo persigue la reina. Sospecho un estafa en londres. Tiene un cofre de monedas de 5 libras. Cuyo valor en el bosque es nada. Lo He visto acariciando esas monedas y saboreando el porvenir. Pero el porvenir era otro.
Cuando lo conoci le faltaba un brazo.- se habia fracturado la clavicula- y estaba aprendiendo a pintar con la boca- extrañamente solo hasta entonces habia incursionado en la pintura corporal- con lo cual nos cuenta se ganaba la vida por los caminos de españa. tenia un pincel en la boca. Y me mostro un muro donde habia empezado a dibujar el principio de la noche. Los dos lados. Los dos principios. Donde el uno empiza y el otro acaba. No le crei. Le dije que era momnstruoso, que los colores no eran suficientes, pero el estaba en otro mundo, parecia no oirme, parecía un inmortal.
Sentí que lo necesitaba. Un carácter así para la bomba fue lo que se me vino a la cabeza. Cuando descendió a la tierra y tomo posesión de si, me explico su trance y enumero una por una mis maldiciones, pero para el eran otro cosa, solo murmullos en el aire.
Solo el carnaval del diablo nos separo. Entre los dos engendramos una multitud de monstruos, cuidamos de la cebolla como de la pesadilla, y luego de caminar imnumerables jornadas fue cuando decidimos fundar un templo.

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