viernes, enero 16, 2009

Vereda Buenavista Manizales


















Es extraño. La casa vuelve a ser abandonada. Solo quedan aquí grabadas en la carne esas estelas de sueños. Aquí se mezclaron las pieles hasta hacerse polvo. Muchos murieron así, por simples roces con el destino.

Soy el único de una estirpe. Diriase que aquí floreció en cuestion de dias una civilización. La única para nosotros posible, y aquí estuvimos modelando el barro, adorando a nuestros dioses.

No toda la casa esta abandonada. Me tiene a mi como prisionero. Todos los dias desentierro una puerta para poder salir. Antaño, el lugar permanecio sumido en un letargo. Una idea se poso aquí. Se desplego como una criatura que hubiese presentido el vacio. Aquí llegamos hace ya varias lunas, tuvimos el tiempo suficiente para conocer la inundación, el cielo se desmorono durante tres dias, el cielo fue preciso volvolverlo a hacer con nuestras manos, dias solo interunpidos por la oracion.

Todo lo que queda de la casa es lo que pueda aquí contarte. la casa esta adentro de mí, solo puede asomarse por estas palabras al mundo….

Nuestros dioses: el perro, el buho, la culebra, el sapo, y adoraramos aquellos sin forma, lo invisible, las fuerzas, incluso el fuego de persia tiene aquí su representación.
Danzamos, como danzamos, con las manos elevadas, con los pies furiosamente tocamos la tierra, invocamos todo aquello que se ensalma en nosotros, de ahí la necesidad de trasparencia, para que los espiritus se instalen. Cuando llegan, y es esntonces cuando el bosque se ilumina, se unen al canto, dejamos marcado el aire con la superstición, plegarias y plegarias por el hombre que se devora a si mismo.

nosotros el ultimo movimiento del ser.

Es increíble pensar en la serie de trayectos de un pocillo de la casa.

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