Vengo de otro mundo. De una ciudad que sale del infierno y que ha decidido valientemente que el esqueleto de la nueva ciudad sean las bibliotecas y su sangre las letras de los libros, las palabras. Vengo con la piel respingada, con el alma en sístole y diástole, con el aliento contenido para no acabar de expulsar todo lo que he vivido, lo que he aprendido, lo que he crecido.
http://www.gonzalomouretrenor.es/?p=49
Que paradoja Gonzalo, es como si llamaras a tu propio retrato...
buena la foto en el Tía Maria.
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